En mi cabeza hay un hoyo, y del cielo cae agua de mar en gotas pequeñas, mi cuerpo comienza a llenarse de agua de mar no hay nada más sólo agua de mar...
comienzo a sentirme ligera, me muevo con el vaivén del agua... pequeñas olas dentro de mí...
De pronto aparece...
Es un pez pequeño de un rojo carmesí intenso, inquieto muy inquieto comienza en mi pierna derecha, se mueve intenta salir y no puede, se pasea dentro de mí, explora, lo disfruta y conforme se llena mi cuerpo de agua se mueve con más libertad poco a poco hasta que encuentra un brazo, y brinca... sale por mi mano grácil cual delfín...
cae de nuevo, por la cabeza, por la mano...
y así jugamos, él a escapar, brincar y volver...
y yo, moviéndome a su antojo, como su gran alberca, todo un mar, un universo dentro de mí...
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